Museo de la prostitución – Amsterdam

¿Museo de la prostitución?, pues si, parece ser que es una trampa turística en Amsterdam, pero pensando que la prostitución es una de las profesiones con mayor antigüedad en el mundo, es interesante conocer como  se ha vuelto una atracción turística en los Países Bajos.

De acuerdo a la RAE una de las definiciones de Museo es la siguiente: Lugar donde se exhiben objetos o curiosidades que pueden atraer el interés público . Este lugar cumple completamente con esta definición.

El museo se encuentra justo en el «Red Light District»  o de «Wallen» como lo llaman los lugareños, localizado en Amsterdam, para llegar aquí  tienes que trasladarte a la estación de metro o tren «Amsterdam Central» donde a tan solo 5 minutos caminando encontrarás esta peculiar zona. Este barrio fue construido en 1935.

Drogas, sexo y alcohol… ¡sí!, este lugar lo tiene todo; tanto como para que disfrutes de todo ello ó solo para admirarlo como un espectador. Obras de sexo en vivo, cabinas de baile con mujeres desnudas, mariguana en cigarrillos, dulces, alimentos y muchísimos bares hacen de este lugar un sitio para visitar.

En esta ocasión lo que nos trae al tema son sus famosas vitrinas o escaparates, detrás de las cuales las prostitutas esperan la llegada de sus posibles clientes.

Quiero darte un poco de historia para entender porque la prostitución es tan famosa en este lugar y porque funciona tal y como la conocemos ahora.

Amsterdan siempre ha sido una ciudad comercial, sus puertos eran llegada de cientos de marineros que llegaban a este barrio a buscar mujeres y cerveza. En el sigo XIV y XV la prostitución llego a ser legal , sin embargo  a finales del sigo XVI esta practica se prohibió ya que Amsterdam se volvió una ciudad protestante. Aun con esa restricción en el siglo XVII hubo un aumento desenfrenado de esta actividad , las mujeres ganaban mucho dinero por la gran demanda pero conllevo a un incremento en las enfermedades de transmisión sexual.

En la segunda mitad del siglo XVIII se abrieron grandes burdeles que se reconocían a la vista con un farol de color rojo al lado de las puertas. Fue en 1795 durante el gobierno de Napoleón que se legalizo esta práctica cuyo primer objetivo era eliminar el incremento en las enfermedades de transmisión sexual. En aquel entonces las prostitutas debían presentarse 2 veces a la semana para realizarse análisis médicos, las que no tenían enfermedades de transmisión sexual recibían una tarjeta roja y podían seguir laborando; las restantes una tarjeta blanca la cual indicaba la enfermedad que habían adquirido y recibían tratamiento gratis. En el año 1816 se calcula que habían alrededor de 3000 mujeres prestando este servicio.

Con el paso del tiempo a finales del siglo XIX aparecieron varios movimientos de protesta liderados por cristianos los cuales se manifestaban en contra de esta práctica; aunque no lograron erradicar o ilegalizar esta actividad , la policía no permitía que las mujeres esperaran por clientes frente a las habitaciones sobre las calles.

Para evitar que esta limitante afectara su trabajo, las prostitutas se colocaban detrás de escaparates y para seducir a los hombres golpeaban las ventanas detrás de los vidrios donde estaban esperando, de esta manera no podían ser detenidas por los policías y es la manera en la que actualmente podemos encontrar a estas mujeres prestando sus servicios.

El gobierno trato de prohibir estas practicas sin un éxito contundente  ya que incrementaba la visita de turistas y muchas mujeres del extranjero iban a este lugar con la idea de ganar mucho dinero, sin embargo, en la década de 1950 cinco de estas mujeres fueron asesinadas brutalmente y el gobierno tomo serias medidas de control sobre este tema. En el año 2000 los burdeles en los Países Bajos fueron declarados legales y  la prostitución que ya era considerada oficialmente legal, se regularizo como un trabajo común. Las prostitutas debían pagar impuestos y cumplir con ciertas regulaciones como en cualquier profesión.

En el año 2007 , Amsterdam inicio el proyecto «1012» (este número es el código postal de este barrio), el proyecto se enfoca en controlar las zonas de prostitución y eliminar todas las practicas ilegales que podrían generarse sobre ella, como la existencia de proxenetas que exploten a las mujeres.

Después de esta breve introducción, te comparto una lista de datos bastante curiosos e interesantes sobre este tema que aprendí en el museo:

  • La prostitución es una actividad muy antigua, tanto, que incluso en el Génesis (el primer libro de la Biblia), menciona que Judá le paga a una prostituta para que tuviera relaciones sexuales con el, (resultó ser su nuera).
  • Para trabajar en el Barrio Rojo necesitas tener más de 21 años , tener un pasaporte Europeo, registrarte en la cámara de comercio de los Países Bajos y realizar una entrevista de ingreso con el administrador del burdel para asegurar que las mujeres sean suficientemente independientes para trabajar como prostitutas, es decir, que no llegan ahí por causas de explotación sexual, chantaje o trata de blancas.
  • Si quieres trabajar en el Barrio Rojo debes de alquilar un escaparate y pagar impuestos
  • En el barrio rojo hay alrededor de 300 habitaciones para ejercer la prostitución, una sola habitación oscila en los 300 Euros de renta por día.
  • La prostitución es una de las profesiones mas peligrosas del mundo. Casi todos los años asesinan a prostitutas durante sus labores.
  • Si eres cliente y sospechas que la prostituta esta siendo explotada o forzada a realizar esta actividad por un proxeneta tienes la obligación de denunciarlo
  • Se calcula que al menos un hombre por cada 3 visita al menos una vez a una prostituta en su vida.
  • Los administradores de los burdeles en Holanda son los responsables de que las prostitutas trabajen legalmente, es decir que tengan todos sus documentos en regla y que no estén obligándolas a prostituirse.
  • No puede proveerse este servicio sexual a menores de 18 años.
  • El numero de escaparates para ejercer la prostitución es fijo, es decir, no se otorgan permisos nuevos.
  • Los escaparates cuestan alrededor de 150 euros por días por un turno de 10 horas.
  • El precio por visitar a una prostituta  es de 50 euros mínimo por un momento breve
  • No se puede tener sexo sin condón
  • Se calcula que una prostituta usa mas de 2000 condones al año si trabaja a tiempo completo
  • En promedio una visita a una prostituta dura de 15 a 20 minutos
  • Si la luz que ves en el escaparate es roja se trata de una mujer, si es morada la usan para que su cuerpo luzca más tonificado y azul si se trata de un transexual.
  • En Amsterdam existen 15 burdeles legales y  a diferencia de los escaparates, en los burdeles se paga por hora
  • Las prostitutas trabajan de 4 a 6 días de la semana
  • Se calculó en el 2010 que en Amsterdam existían 6750 trabajadoras sexuales. Este número incluye mujeres con y sin licencia.
  • Cada escaparate cuenta con un botón de seguridad ya que otros objetos de defensa personal están prohibidos, sin embargo se cuidan entre colegas.
  • Se calcula que en un turno de 10 horas una prostituta puede tener 16 clientes, aunque hay días que pudieran no tener ninguno
  • No hay escaparates con hombres en el barrio rojo

 

Después de salir de este lugar y caminar por las calles ,ciertamente mi percepción sobre este tema cambio bastante, en el museo escucharas varias narraciones de mujeres que fueron agredidas o explotadas en esta actividad, lo que me lleva a pensar lo difícil que debe ser decidir trabajar en esta profesión.

No soy nadie para juzgar el trabajo de estas mujeres , si te pones a pensar todos nos prostituimos de alguna manera, vendemos nuestro tiempo, mente o conocimientos a instituciones que nos pagan ya que obtienen un beneficio de nosotros; también incluso algunos venden su cuerpo al consensuar relaciones con alguien por obtener un mejor trabajo o por mantener una relación formal con alguna persona solo por intereses económicos. La única diferencia es que queremos juzgar cuales de esas maneras son éticamente correctas y cuales no, pero, lo que es bueno para mi, definitivamente no podría ser lo mejor para alguien más. Quizá hemos  estereotipado demasiado el cuerpo humano, el sexo, las relaciones, la libertad o a las mujeres.

Aunque mis ideas siempre han sido liberales existía en mi un cierto rechazo a esta actividad pero en una ciudad donde tienes la oportunidad de realizar esta actividad por deseo propio, sin explotación, donde tu misma defines las condiciones, tiempos y precios creo que pasa a ser un trabajo como cualquier otro.

Considero que la parte mala de la prostitución no es la actividad en si, si no todo el crimen que tiende a la ilegalidad alrededor de ella. Si visitas este museo o este barrio respeta a las mujeres que realizan esta labor, hay ciertas reglas que cumplir pero la mas importantes son: No esta permitido agredirlas, faltarles el respeto o exigirles algo que no este previamente acordado, no les tomes fotos y no te pares frente a las vitrinas a solo observarlas; respeta su trabajo, detrás de esa mujer en la vitrina hay una persona normal que necesita pagar una renta, generar dinero y continuar con su vida fuera de ella.

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«En la prostitución, el cuerpo no se vende, se emplea«. Valérie Tasso. Escritora, sexóloga e investigadora afincada en Barcelona (España).

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